Resultado congelado
En
Victoria Tigre empató en cero ante Lanús en el cierre de la Fecha 15
del Torneo Inicial, tras un partido con pocas, pero con grandes
emociones. Damián Albil salió ovacionado de la cancha. Permisivo
arbitraje de Patricio Loustau.
Pegarle
a Matías Pérez García, viene siendo la fórmula para frenar los embates
del enano del Matador. De eso se encargó Diego González, pero
principalmente Fernando Barrientos. Quizás si el árbitro Patricio
Loustau hubiese sido más riguroso no terminaban los 22 en la cancha (Ni
hablar del penal por lado que omitió). Entre tanto corte por el centro
Tigre explotó las bandas, sobre todo por el lado de Ramiro Leone para
desbordar y centrar hacia alguno de los delanteros y las diagonales
punzantes de Martín Galmarini, y aunque cada intento fue repelido por el
juego aéreo granate, es un movimiento positivo para que recuperen los
de Gorosito.
Algo
para mejorar es el desorden cuando el Matador va, dos contras pudieron
liquidar el pleito en favor de los del Sur, dejando dos jugadores mano a
mano en grandes respuestas de Damián Albil, que se lo tapó a Diego
González y a Mario Regueiro.
Lo
mejor del conjunto de Victoria llegó con el ingreso de Kevin Itabel, en
el momento en que Lanús causaba inconvenientes con Nicolás Pasquini
enfrentando la zona de Galmarini, con Victor Ayala como aliando. Kevin
se paró de enganche, Pipo mandó al Pato unos metros más arriba y recostó
sobre la banda derecha a Pérez García y la formula casi fue exitosa. Se
frenaron los avances de la visita y se ganó en profundidad. La mejor
combinación nació en pies del Juvenil con una bocha medida a la corrida
de Pérez García, que limpió con Gabriel Peñalba para habilitar a Itabel
que no agarró bien la volea. Por esa banda también el ingresado Diego
Ftacla (habilitado por Kevin) tuvo su chances, pero definió como su
reemplazado (Santander) cuando podía jugarla hacia el centro. El granate
contó con un tiro de media distancia y un cabezazo de Carlos Izquierdos
que le permitieron a Albil lucirse para que la gente se saque el frío
de las manos aplaudiendo al arquero que salvó su valla.
En
el último suspiro, cuando todo se moría y no quedaba tiempo para nada,
un jugada sucia por izquierda, fue recuperada por Leone y cedida a Pérez
García, con un toque simple el ex All Boys se quitó las marcas y
apareado por un defensor remató al segundo palo de un Agustín Marchesin
vencido; lo gritaron todos, Albil se unía al festejo, los relatores
entonaban para estirar las tres letras más allá del éter y la pelota,
juguetona por cierto, decidió que lo mejor era besar el palo.
No
quedó tiempo para más, el marcador se congeló en cero, un punto más
para Tigre que no disgusta para volver a sumar y dos puntos menos para
Lanús que no pudo alcanzar la punta.
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