De principio a fin, el empate en cero de
Quilmes y Tigre aburrió a todos. Algunas jugadas aisladas, esparcidas durante
los noventa minutos de juego, hacían ilusionarse con un final distinto, con
algún grito de gol que nunca llegó.
La ausencia de Ruben Botta – ni siquiera fue
al banco, ya que Néstor Gorosito decidió preservarlo para lo que se viene: Boca
en Victoria, debut como local ante Libertad de Paraguay en la Copa y River como
visitante – influyó notablemente en el volumen de juego que mostró Tigre.
Matías Pérez García, habitual socio del sanjuanino, estuvo acompañado por
Agustín Torassa en la tarde del Sur de la provincia. El ex All Boys fue de lo
más flojo del Matador, con poca
participación y muchas imprecisiones.
En los primeros minutos del primer tiempo,
Quilmes fue el dueño de la pelota, aunque no pudo trasladar ese predominio al
marcador. Tigre, con seis cambios respecto al equipo que le ganó a Estudiantes,
pareció acusar la falta de partidos oficiales en algunos de sus jugadores y
comenzó retraído en su campo, aguantando las embestidas rivales. Sobre el
final, y con algunos cabezazos, los de Victoria hicieron sus primeras
aproximaciones al arco de Quilmes.
Ya en el complemento, el desarrollo del
encuentro no fue muy diferente. Algunos contragolpes de Tigre y un par de
llegadas más del Cervecero. Con los
cambios (ingresaron Carrasco, Ivanobski y Leguizamón, por Pérez García, Torassa
y Maggiolo) Gorosito intentó modificar el aburrido transcurrir de un partido
que ya daba todas las muestras de encaminarse a un cerrado empate.
El punto no le sirve a Quilmes, quien está
obligado a sumar de a tres en busca de ampliar un promedio que, de no revertir rápidamente
la situación, lo tendrá condenado a disputar la próxima temporada en la B
Nacional. Tigre, por su parte, cerró su participación en el Torneo Inicial 2012
sin triunfos como visitante.
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