Los sueños duran poco en Victoria
Desde su llegada, Gustavo Alfaro habló de ganar la Copa Argentina. Otra vez el sueño se terminó rápido. Tigre cayó por 2 a 1 en San Juan ante Racing con goles de Gustavo Bou y Leandro Grimi, el empate transitorio lo marcó Ernesto Goñi.
Como en la edición pasada el Matador se quedó afuera en 16avos de final dela Copa Argentina. Inexpresivo y confundido el equipo que dirige Gustavo Alfaro llegó al empate con un zapatazo de Ernesto Goñi que marcó el despertar del once, que duró hasta el segundo tanto académico.
En solo 7’ Racing sacó ventaja en una mala cobertura de la banda derecha entre Facundo Sánchez, Martín Galmarini en la corrida de Washington Camacho; el centro bajo y ante la desaparición de González Pirez, Chimi Blengio llega tarde(y a contra pierna) a cerrar a Gustavo Bou que definió en un toque. Tres minutos después Chimi salió lesionado y el Matador parecía haberse quedado con 10. No por el ingreso de Erik Godoy, sino por la actitud en el campo de juego. Por esas cosas del fútbol llegó el empate en un centro, el pase atrás y el zurdazo de Goñi. Con ello la reacción y la mejor versión del equipo, que aun sin contar con un volante por izquierda, pudo asustar a su rival. Pero a los 38 una serie de rebotes terminó en el segundo tanto para los de Avellaneda y la reacción no llegaría.
Las variantes ordenaron las piezas con Japo en lugar de Orzán. Más tarde con Luchas Wilchez por Menossi se buscó algo de magia, aunque el 10 volvió a olvidarse la varita y terminó escondido detrás del 5 para no trascender. Es cierto que se podría haber empatado porque se tuvo el balón, pero en eso influyeron las decisiones de Diego Cocca de tirar a sus dirigidos atrás, de cerrarse. El único que pudo filtrarse fue Federico González que obligó a una buena respuesta de Saja, después nada más. Un par de cabezazos tibios de Pirez a las manos del arquero y aquel envío de Japo que Galmarini no pudo conectar.
Intrascendente, como quien viaja a la provincia a visitar a una tía a la que nunca vio, como por cumplir con el tramite familiar, se fue Tigre del Bicentenario. Una vez más con las manos vacías en la Copa, con el sueño roto en el segundo escalón.
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