Arsenal 2 c. Tigre 0 - Sin respuesta

Sin respuesta

Tigre perdió 2 a 0 en Sarandí ante Arsenal por la fecha 22 del Torneo. Santiago Silva de penal y en Mirko Rasic en el descuento marcaron los goles del local. El Matador ganó solo dos partidos en lo que va del semestre.

El plantel completo estuvo presente en el Julio Humberto Grondona para darle apoyo a los 18 que estaban en el terreno de juego, más la Dirigencia presente en su totalidad. Como símbolo de un grupo unido, como muestra de que no están solos en este difícil momento luego de la dolorosa derrota ante Huracán por Copa Sudamericana. Pero cuando las señales positivas no vienen desde adentro poco puedo conseguirse.

Luego de buenos 15’ donde los de victoria buscaron reencontrarse con el fútbol, se volvió a la tónica de los últimos encuentros. En este primer pasaje las cosas salían bien porque había despliegue por las bandas en Facu Sánchez y Ernesto Goñi; toque entre Lucas Wilchez. Chino Luna y Fede González más apariciones en posición de carrilero de Horacio Orzán. Pero cuando ese andamiaje se rompió los de Gustavo Alfaro perdieron el rumbo, como quien pierde la Fe. 

Los pelotazos largos siguen exponiendo a los del fondo, que estaban mano con Silva y Trellez (Luego Rasic y Muñoz) Si bien Silva había hecho temblar el poste, no es que el Arse jugase un partido de gran profundidad como para llevarse algo más que un punto. Sin embargo en la segunda parte González Pirez sacó una en la línea como síntoma de que la presión era más intensa y así lo era. Hasta que vino otro penal tonto, otro penal de Goñi y que el uruguayo Silva cambió por gol y la crisis se profundizó. Sin respuesta, sin fútbol y sin ideas el Matador deambuló por la cancha en busca de que la historia se cierre. Historia que se cerró con una contra en los 4 de adición donde Rasic corrió 70 metros con pelota dominada sin que Arzura y González Pirez lo puedan alcanzar (¿Querían alcanzarlo?) y el grandote ex Gimnasia la clavó en el segundo palo para sellar el 2-0 final.

Los enojos de Alfaro desde el banco podían escucharse hasta el Dellagiovanna, pero así y todo los 11 que estaban en el terreno de juego no querían despertarse para ver la realidad de estar jugando mal, de que son, en lo deportivo, el peor equipo del semestre y  hacia afuera transmiten la imagen de no poder cambiarlo.