Con el alma herida
Tigre recibió el peor cachetazo en la era Cagna ante River. Se vio un equipo que se defendió hasta donde pudo, y apenas recibió un gol, no tuvo reacción alguna. Duele, y mucho esta derrota.
A veces es difícil empezar a escribir estas líneas, pero mucho más cuando ya no encontrás los motivos para una realidad tan pálida, tan indeclinable a una serie de catástrofes futboleras cada fin de semana. Hace tres partidos que las producciones de este equipo no superan lo aceptable, lo digno. Y duele...
Ayer se vio un equipo que quiso esperar a River, que le cedió terreno y pelota, que le cedió practicamente el partido. Este Millonario, que poco tiene para florearse, se floreó. La posesión del balón fue tremenda, y la pudo efectivizar en el complemento, cuando el Matador se quedó entre salir a buscarlo y en tratar de no recibir más goles. Y no hizo ninguna de las dos. Y duele...
Un 11 que intentó tener en Peñalba y Arzura algo más de fútbol. Gabriel poco pudo entrar en juego. Joaquín los corrió a todos, quizás el hombre que llegó a los 5 puntos en los diarios, redondeando una tarea correcta, sobre todo en el primer tiempo. Del resto, hay poco para decir, pero lo que más preocupa es que no hay variantes, que en el banco no parece haber soluciones. Y River se dio el lujo de guardar a un Mora disminuido fisicamente que casi hace un gol para el recuerdo sobre la hora. Y eso, también duele, porque al equipo de Ramón Díaz no le sobra nada.
Pero lo que más duele, es que el equipo no mostró el alma, no mostró verguenza deportiva, no tuvo con qué, y aunque no tenga el fútbol, las ganas y la voluntad no deberían negociarse. Y en 6 fechas, ver este tipo de rendimientos, abre la herida, la profundiza, y Tigre cayó en un coma futbolístico del que no sale. Hoy por hoy no hay diferencias con lo que se producía en los últimos partidos con Gorosito. Y encima de todo, los que parecen ser los mejores jugadores del equipo, están lesionado ¿Pero ellos son la solución? ¿Pueden Pérez García, el Pampa Gelabert y Wilchez juntos cambiar la realidad de Tigre? Puede que sí, pero tiene que haber un equipo que los acompañe en esa travesía. No queremos destacar a los mismos siempre, queremos que el alma quede en la cancha.
Rosario Central en la fecha 7 como local pasa a ser una prueba de fuego. Justo frente al Chino Luna, justo frente a alguien que le dio tantas alegrías a este club. Y Tigre anda con el alma herida, cuando nadie lo esperaba, en tan poco tiempo sin respuestas, al borde del nocaut. Y duele, como duele.
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