El viejo problema de no convertir
Le faltó a poco a Tigre para llevarse la victoria de su visita al Néstor Díaz Pérez. Igualó en cero ante el local Lanús en un partido en el que fue superior a su rival, aunque terminó con diez por la expulsión de Gastón Díaz.
Se pueden marcar tres partidos diferentes dentro de los 90 minutos de juego. Uno, los primeros 20-25 donde el juego fue tácticamente ordenado, donde Lanús movía piezas en función de ataque y Tigre en posición defensiva. En ese esquema casi robótico el local merodeó el área, pero la visita lo contuvo en los alrededores sin permitirle ingresar. Kevin Itabel retrocedía con la subida de Alejandro Silva, Guillermo Cosaro tomaba la marca de Ismael Blanco, entre Ignacio Canuto y Erik Godoy se repartían la marca de Santiago Silva, Oliver Benítez era tomado por Gastón Díaz, mientras que si el juego entraba por la otra banda, se replegaba Matías Pérez García. Entre tanta movilidad hubo un desgaste lógico de parte de ambos equipos y pasados esos minutos, el encuentro cayó en la fase dos. Hasta el final de la etapa inicial todo fue imprecisión. Se prestaron la pelota y comenzaron a lanzar pases fallidos. Dejando como única situación real de riesgo, la de los 7’ en pies de Itabel y el remate desde lejos que sacó Agustín Marchesín.
El complemento fue la tercera instancia del encuentro. Donde hubo dinámica, despliegue y desaciertos, pero todo envuelto en velocidad. Acá el Matador mostró su mejor versión, desde los pies y la cintura de Lucas Wilchez; desde la habilidad de Pérez García; pero en el tiro de Itabel volvió a aparecer Marchesín, esta vez con los pies, Ariel Nahuelpan (que en la noche pudo ganar de cabeza más de lo que perdió) remató débil al arco en la que tuvo y se movió mal en otras dentro del área. Los de Victoria presionaron y ahogaron a su rival y eso solo desnudó el viejo problema de no poder convertir. Alegre metió mano en el banco, apostó por Vitti para mejor movilidad y a Rusculleda para devolverle velocidad, pero una sonsera del Gula Díaz dejó al equipo con uno menos y el que creció fue el Granate. Con la esencia de la velocidad del segundo tiempo pero con los caminos bloqueados por los hombres de la Zona Norte. Así Javier García no tuvo trabajo y el equipo volvió a sumar, aunque sea una unidad.
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