Tigre 1 vs. Rafaela 3 - Perdió otra vez el orden, perdió otra vez.

Perdió otra vez el orden, perdió otra vez. 

Tigre sufrió su quinta caída consecutiva, la tercera por el Torneo Final. Fue en Victoria 3 a 1 ante Atlético de Rafaela que se puso en ventaja a través de Sebastián Carrera y lo ganó en el final con un doblete de Jonathan López. Había igualado transitoriamente Diego Cisterna. El Matador terminó con diez por la expulsión de Matías Pérez García por parte de Mariano González.

En cinco minutos Tigre desnudó sus deficiencias. No es la primera vez que lo agarran mal parado en una contra y en este mediodía de sábado, fueron tres las ocasiones en las que sucedió. Es que Jorge Burruchaga pensó el juego de esa manera, y fue efectivo; jugar por derecha a espaldas de Martín Galmarini y terminar la jugada por la izquierda, donde el retroceso de Cisterna no es efectivo, pero sobre todas las cosas, no estaba Lucas Orban para tapar esos huecos que deja su equipo cuando vuelve intentando marcar. El segundo gol tuvo una formula parecida en su arranque, un bocha larga desde la derecha, Juan Eluchans rompió por el medio ante una floja marca de Norberto Paparatto que durmió, anticipó con lo justo a Javier García y Jonathan López le ganó en velocidad a Donatti (Es bueno Alejandro, pero no es Lucas) y de Cabeza la empujó. El tercer tanto llegó en el desorden del adicionado con Echeverría de punta y una perdida por parte de Leandro Leguizamón. Mano a mano López solo tuvo que definir ante la salida de García para liquidar la historia. Pero el retroceso no es el único problema que suele tener el conjunto al mando de Néstor Gorosito.

En la ofensiva, antes era Bottadependiente, ahora el juego se basa en lo que pueda hacer Pérez García, ayudado por Peñalba y no está mal que así sea. La cuestión pasa porque las bandas hoy no tienen respuesta (más allá del gol de Cisterna y el tiro en el palo de Galmarini) aparecen en cuenta gotas y con escasa precisión. Las jugadas que se manejan en el frente de ataque no tienen destino de peligro nunca y el once perdió el rumbo de su juego. Porque cuando las cosas funcionaron había un equipo y es lo que parece haberse perdido. El conjunto. Lo mejor era la sociedad Botta-Pérez García y hoy no funciona y en eso tiene mucho que ver el rendimiento del número 19 que parece estar jugando pensando más en su video promocional que en ayudar al equipo. Lógico que la culpa no es solo de él, pero tampoco construye algo.

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