lunes, 15 de abril de 2013

Newell's 3 vs. Tigre 1 - No contagia

No contagia
 Por Leandro Scaviolo

La Lepra fue mucho más que un Tigre agazapado en Rosario. Nunca le saltó a la yugular al conjunto del Tata Martino y así lo pagó. El Matador está lejos de ser una epidemia de fútbol en el torneo local.
Otra vez, la misma historia. Aunque este contagio no le sirve a nadie, solo a Newell´s, que manejó el partido a su antojo, teniendo la pelota, pinchando cuando lo quiso hacer con este Tigre que le falta, claramente, una inyección de fútbol. Sin Pérez García (expulsado ante Rafaela) ni Peñalba (en el banco), como que al Matador le agarran esas gripes que lo dejan débil, con las defensas bajas, sobre todo, con la salida de Orban tan temprana.

 La Lepra más que una enfermedad fue una clara muestra de estar entero, a pesar de dos derrotas al hilo, una en cada torneo. Supo como llevar la pelota, priorizó el juego por abajo y en cuanto metió un pelotazo, fue con criterio, sin rifarla, sin dejar de cuidar a la redonda que tanto pide que la traten bien. El Matador fue una mezcla de sparring y de fatiga. Parecía un Tigre adormecido, sedado vaya uno a saber por qué. Contra el Sporting en la semana se habían visto otras ganas, más amor propio, alguna búsqueda más clara, jugadores más enchufados. El equipo de Pipo anduvo desconectado, y su aire no fue el mismo que se le vio por Copa. Por eso, da bronca, da fastidio ver que no encuentra soluciones a una enfermedad que lo tiene acorralado por momentos. Esa enfermedad se llama "desconocimiento". los de Victoria desconocen por momentos a qué juegan, desconocen que camino hacer en el Torneo local, sabe que es su prioridad, pero lejos está de jugarla así, como algo verdaderamente importante. Y en el desconocimiento entran las confusiones, de qué jugás vos, dónde me muevo yo, qué hacemos, para dónde vamos, quién se hace cargo de este paquete llamado pelota.

Una enfermedad asecha el presente del Matador. No es Lepra, no es gripe, no es nada parecido. Es la falta de personalidad, la falta de estilo. Lo que hacía, ya se lo adivinaron, los equipos ya se vacunaron para la pelota parada de Tigre, para los enganches de Botta aislados, para las subidas de Galmarini, para algún aporte de Pérez García y Peñalba, para un 9 jugando de espaldas constantemente, y parecería que el equipo no encontrara otro camino al gol. Le cuesta todo, y para rehabilitarlo, quedan pocos días, porque la epidemia de fútbol no aparece, y este equipo padece su andar por el torneo Final, no contagia, ni al más optimista de los enfermos por Tigre.

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