miércoles, 23 de enero de 2013

El análisis de Tigre 2 - Deportivo Anzoátegui 1


Foto: Diario Olé
“Ganar siempre es positivo” dijo Néstor Gorosito en conferencia de prensa una vez finalizado el encuentro. Y tiene razón. Si bien Tigre tuvo que sufrir, soportar la inconformidad de sus hinchas manifestada en cantos con claras muestras de enojo, y no jugó bien durante gran parte del encuentro, supo sobreponerse a las situaciones adversas.

El gol de Jeremías Caggiano, casi al final de la primera etapa, en la primera chance de gol para los venezolanos, fue un baldazo de agua fría para el Matador. Antes, algunos centros de Botta, un par de cabezazos, una muy clara de Galmarini y un zurdazo del propio enganche sanjuanino que se fue muy cerca del palo derecho del arquero, habían sido las aproximaciones de Tigre.

Tigre había propuesto más que Deportivo Anzoátegui pero se iba al descanso con las manos vacías, con un gol en contra en una serie eliminatoria donde el gol de visitante es muy valioso y con más dudas que certezas en un equipo que reavivaba los fantasmas del semestre anterior: las fallas en la creación de juego. Ezequiel Maggiolo y Federico Santander debían esforzarse más de la cuenta para entrar en contacto con la pelota. Botta no estaba preciso y Tigre lo sentía.

El segundo tiempo comenzó, al igual que el primero, con el equipo local presionando en tres cuartos de campo del rival. Anzóategui, por su parte, amparado en el utópico gol conseguido en la primera mitad, aguantaba en su campo y esperaba por un contragolpe que amenazaba con ser letal para las esperanzas de Tigre.

A media hora del final del encuentro, y con el resultado aún en contra, Pipo comenzó a mover el banco. Fue el turno de Matías Pérez García y el ex All Boys cumplió con lo que se esperaba de él. Pidió la pelota, se hizo cargo de la creación y despertó a Botta, quién levantó su rendimiento. 

Poco a poco, Tigre empezó a llegar con más claridad al arco venezolano. Y llegó el empate. Un centro desde la derecha que se desvió en un defensor, le cayó en los pies al debutante Gabriel Peñalba. El volante no dudó e igualó las acciones.
Luego fue el turno de otro debut, el de Leandro Leguizamón. El joven delantero reemplazó a Maggiolo y también fue clave en el resultado final. Otro centro de Pérez García, como en el primer gol, y otro gol de Tigre. Leguizamón fue quien desvió la trayectoria del balón, descolocó a Morales y puso el 2 a 1 que sería definitivo.

A pesar del triunfo, Tigre no jugó bien. Gorosito acertó en los cambios (Cristian Ivanobski fue el tercer jugador en ingresar, cumpliendo un aceptable papel) y eso se notó en el cambio de actitud del equipo.

Aún falta mucho por trabajar, pero no hay tiempo para descansar. En una semana, el equipo deberá revalidar lo hecho este martes en Puerto La Cruz y luego comenzará una seguidilla de partidos que incluirán dos pendientes del Torneo Inicial y las primeras fechas del Torneo Final.

Es hora de demostrar que el equipo está en condiciones de mantener una continuidad y un rendimiento parejo y constante. Tigre quiere y sabe que puede.

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