lunes, 19 de agosto de 2013

Tigre 3 c. Racing 1 - Otro chino, misma historia

Otro chino, misma historia

En el José Dellagiovanna Tigre aplastó a Racing. Le ganó por 3 a 1 con dos goles de Sergio El Chino Araujo y otro de José Sand. Rodrigo De Paul descontó para la Academia. El Matador cortó varias malas rachas, se reencontró con el triunfo y también con el buen juego.

La tarde era ideal para llegar al Dellagiovanna después de un asado en familia. Con el sol tibio calentando las almas del pueblo tigrense buscando, sin dudas, darle el mejor cierre al día del niño. Vaya si fue así.

El cambio de esquema funcionó a la perfección. El 4-4-2 puso varias piezas en su lugar, sumado a la aparición de un cinco más de marca, Diego Castaño. Facundo Sánchez por derecha cumplió desde el inicio con todo lo que venía insinuando cuando le tocó entrar en las dos fechas anteriores, por la izquierda Lucas Wilchez tenía el respaldo de Guillermo Cosaro. Con Marcos Gelabert presionando más arriba y con Sergio Araujo como segunda punta, más cerca del área y de José Sand, las piezas encastraron mejor.

Por presión el Matador desacomodó a Racing y no lo dejó respirar, lo ahogó, supo donde lastimarlo y le asestó el primer estiletazo a los 17 minutos, cuando el Araujo bajó en el área un bochazo de Gastón Díaz y dejó en claro que la gambeta siempre es mejor cerca del arco. Se desprendió de la marca y definió a la ratonera. Muestra de destreza y buena puntería.

Los de Victoria mantuvieron la tónica y si bien Javier García tuvo que intervenir en un par de situaciones, parecía que el juego estaba controlado.

El arranque del complemento fue lo mejor de los de Avellaneda y lo peor que mostraron los de Diego Cagna, pero Araujo, el chino que también lleva la 7 quería continuar con la leyenda. Pescó un mal rechazo, se metió en el área y dejó sin chances a Sebastián Saja. 2 a 0 y todo se encaminaba.

Para decorar tan linda tarde, recuperó Peñalba, la puso en profundidad para Araujo y el Chino le dijo a Sand, tomá y hacelo, y el Pepe lo hizo, para gritarlo bien fuerte, para sacarse el peso de un año sin convertir, para que en Núñez recuerden y en Avellaneda entiendan que los goleadores siempre están vigentes.

Puntos altos en el Matador, los de los hombres de ataque, el de los carrileros, el del doble cinco y en la línea defensiva donde se presentó Ignacio Fideleff y en sus primeros 90’ Nacho demostró que está para quedarse. 

 
 

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