domingo, 4 de agosto de 2013

Tigre 1 c. Vélez 2 - Los debutantes

Los debutantes

Repasamos brevemente la actuación de los nuevos jugadores que ante Vélez se calzaron por primera vez la azul y roja del Matador de Victoria. De atrás hacia adelante.

Guillermo Cosaro: El defensor cordobés cumplió. Arrancó de menor a mayor, hubo momentos en que Jonathan Copete desbordó por su sector, incluso llegó a pisar el área, pero en líneas generales anuló el ataque de Vélez por el costado izquierdo. Mostró su proyección en una gran jugada con Sand, para ceder a Pérez García que falló una imposible. Él También casi convierte con un cabezazo, que no encontró el arco.

Marcos Gelabert: El Pampa fue el mejor a lo largo de los 90’. Metiendo, tocando, ordenando; se cargó el equipo al hombro desde su experiencia. Tuvo algunos remates desde afuera sin demasiada fortuna pero va marcando un camino. De los dos volantes centrales fue el más retrasado y cumplió muy bien en la marca. Se equivocó en una salida y casi cuesta caro. No ejecutó las pelotas quietas.

Sergio Araujo: El más flojo. Si bien en el primer tiempo demostró algo más, sobre todo en el momento de la presión que obligó al fortín a perder pelotas o salir sucio, poco a poco se fue desgastando hasta perder peso. Para cuestión su ubicación en la cancha, por izquierda, partiendo de muy atrás. Tuvo un tiro al arco en el segundo tiempo, livianito a las manos de Sosa.

José Sand: Le faltó el gol pero demostró todas sus cualidades. Sabe como y cuando moverse, se pelea con los centrales, entra y sale rápidamente de la posición de adelanto para generar sorpresa. Cuando bajó a pivotear lo hizo con criterio. Autor material del penal que significó el empate transitorio. Contó con un par de situaciones en el complemento.

Facundo Sánchez: ingresó a los 55’ de juego por Sebastián Rusculleda. Por ese carril había un hueco que por zurdo a de Laboulaye le costaba y el ex Defensa y Justicia intentó aprovecharlo. Tuvo un tiro poco cómodo y en un centro de Leguizamón que no llegó a conectar con certeza entrando por el segundo palo. Promete, esperemos no sea un espejismo.

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