Se quedó en la boca del Lobo
Tigre tuvo en la punta de los botines la llave del triunfo, con uno más, Alegre se la jugó y metió cambios ofensivos, pero no alcanzó. Empató en Victoria 1 a 1 ante Gimnasia. El marcador lo abrió Lucas Licht de penal para el Lobo que terminó con 10 por la expulsión de Barsottini, lo empató Matías Pérez García de Tiro libre; todo en el primer tiempo.
Es difícil entender por qué el equipo de Fabián Alegre no lo termina ganando, cuando tenía todo a su merced. Pero hay una realidad inevitable: Gimnasia hizo un gran negocio, se paró bien con uno menos y con 11 también lo hizo, confió en las intervenciones de Fernando Monetti y posó su fútbol en Franco Mussis, en el podio platense estos dos y Lucas Licht.
Ante ese panorama, Tigre puso más gente en ataque, quizás pecó de centralizar demasiado el juego con Pablo Vitti, José Sand y Cristian Bordacahar. Pero por fortuna, casi siempre estuvo Matías Pérez García, que celebró su cumple ayer, no sólo para ser manija sino además para ejecutar a la perfección el gol del empate con un tiro libre bárbaro. Vuelve a ser una pieza clave y decisiva de a poco el Enano, al que se lo extraño más de una vez en el torneo.
Un fondo que no sufrió tanto, pero que a veces tomó algunas malas decisiones. Un mediocampo en el que Diego Castaño pesó en su manejo y precisión, el resto no desentonó pero tampoco colaboró para tener mayores variantes. Algo de frescura con Marcos Gelabert pero solo eso. Y arriba, lo dicho, se complicó para poner a un hombre frente a Monetti. El que estuvo aproximado a eso fue Matías, teniendo la jugada del supuesto penal sobre él en el desenlace del partido, y algunos remates de afuera que intentaron inquietar al Mono que defiende los tres palos del Lobo.
Este Matador que se vio apichonado ante el no poder embocar el balón. Un Gimnasia que arañó el empate. Un Mono que fue importante, y otra fiera fue García en el arco respondiendo de forma solvente. En esta jaula de animales sueltos en el terreno de juego, terminó con un Tigre que se quedó en la puerta de un triunfo con la mesa servida, estaban los cubiertos puestos, y se quedó en la boca del Lobo.
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