No alcanzó para matarlo, pero no murió
Desde lo táctico Tigre hizo un planteo inteligente. Tuvo
varias para ganarlo pero no las supo resolver y terminó empatando en cero ante
San Lorenzo en el Pedro Bidegain. Volvió a sumar de visitante y por segundo
partido no recibió goles.
De movida era un partido complicado; un grande entonado y
siendo local; un equipo candidato y otro en proceso de transformación. Desde
sus limitaciones el Matador de Victoria construyó virtudes defensivas que comienzan
a ser moneda corriente y desde ahí edificó buena parte del punto que se trajo.
Apoyados en un medio campo que marca y muerde, más la presencia de dos hombres
de punta presionando la salida. Quizás la mancha sea lo que le costó a Lucas
Janson meterse en el partido, arrancando tarde en algunas y después sufriendo
el desgaste del ida y vuelta en una posición, la de volante derecho, a la que
puede ponerle sacrificio pero no así su mejor versión. Para peor su reemplazo,
Facundo Sánchez, solo resolvió bien una jugada (casi termina en gol del Chapu
Bordachar) después se equivocó de Matador durante los 30’ que estuvo en cancha.
En el fondo, Norberto Paparatto tapó agujeros y por arriba sacó todo, Ignacio Fideleff con más despliegue cortó por abajo todo lo que pasaba, con los laterales replegados afirmando la línea de cuatro. Guillermo Cosaro rompió el ecuador de la cancha una vez por tiempo en tanto que a Erik Godoy le mandaron una postal de lo que pasaba del otro lado. Esa era la idea: no descuidar la zona y el arco en cero afirma que se consiguió.
En la ofensiva poco a poco Matías Pérez García demuestra su valía, en pinceladas, pero con picante. Cristian Bordacahar, tuvo 4 de las 7 que generaron los de Victoria, la ultima la más clara, la del centro atrás de Sánchez que tuvo a un Chapu cansado y que sin aire no pudo rematar de la mejor manera posible y antes entró por izquierda a pura gambeta y Sebastián Torrico se la sacó abajo.
Hace un mes este equipo parecía muerto, hace cuatro fechas, más allá del tropiezo ante el Tomba comienza a dar señales positivas, señales de vida. Con un trabajo sólido en defensa al que restará complementarlo con justeza en el área rival, porque en la noche del Bajo Flores pasó lo mismo que ante el Sabalero donde se desperdiciaron una gran cantidad de contragolpes, un poco por falta de puntería, otro por falta de confianza, esa que te hace tomar decisiones más correctas.
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