El equipo de Alegre pareció relajarse con la buena senda que venía, jugó un flojo partido en el que, a minutos del final, casi saca un punto de la galera.
Lanús, con 10 hombres alternos y Marchesín, tuvo siempre el libro de cómo ganarle a Tigre bajo el brazo. Fue una explosión atacando con el tridente Acosta-Blanco-Melano, más las escaladas de Pasquini, que definió barbaro en una contra con la simpleza de los grandes, para poner el 1-0.
Tigre y una roja a los 42 del primer periodo a Castaño, hacían pensar que el partido se ponía cuesta arriba. Hasta esa expulsión, el encuentro fue equilibrado, llegaron poco los dos, algo más claro el Grana con espacios. Alegre demoró en los cambios en el segundo tiempo, pero no estuvo mal en a quiénes sacó, sino cuando...
El equipo de Barros Schelotto fue inteligente consolidando la ventaja con dos tantos más, el segundo en la cuenta Granate fue por un mal pase en la mitad de Fideleff que derivó en un par de toques a puro ritmo y ultima sesión a un Blanco que definió con la claridad de su apellido, eludiendo con un amague prodigioso a Garcia.
Tigre estaba jugado. Alló llegaron los ingresos de Sand y Peñalba por Araujo y Leone. Pero ni los cambios podían, hasta ahí, torcer la historia. El tercero llegó por obra de Barrientos con un derechazo tremendo cruzado. Nada para hacer por parte de Garcia que no tuvo una gran tarde sin embarbo los goles, fueron mas virtud de la visita.
Cuando corrian 40 minutos, descontó el Matador; la guapeza y la guapeada de Matias Perez Garcia con una hermosa caricia a la pelota y a la red, tras un enganche que le dejo el hueco. Lanús toqueteaba al ritmo de Somoza que ingresó para ser eje e hilo conductor del equipo. Pero los muchachos de Alegre sacaron de la manga un final dramático. Lateral para Sand, que entró enchufadísimo, la aguantó, sedió algo atrás y al medio del área para Pérez García, quien abrió más para Sánchez que definió con la simpleza con la que jugó Lanús, suave, y a la ratonera del arco de Marchesín. Sobre el final, la polémica por un penal que para mí fue sobre Arzura y un remate del Enano que contuvo el 1 Granate en el primer poste abajo.
Tigre sacó el amor propio al final. Lanús lo contragolpeó y lo mató hasta el minuto 40 del segundo tiempo, donde el equipo de Alegre reaccionó como pocas veces, contagiado por la entrega notable de algunos jugadores. Pese a esto, este equipo sigue teniendo cuestiones positivas. Hay trabajo, se nota, y ojalá algo de todo eso se vea reflejado en una semana en La Bombonera frente a Boca. No hay tiempo para reproches, no hay que dormirse en los láureles
Lanús, con 10 hombres alternos y Marchesín, tuvo siempre el libro de cómo ganarle a Tigre bajo el brazo. Fue una explosión atacando con el tridente Acosta-Blanco-Melano, más las escaladas de Pasquini, que definió barbaro en una contra con la simpleza de los grandes, para poner el 1-0.
Tigre y una roja a los 42 del primer periodo a Castaño, hacían pensar que el partido se ponía cuesta arriba. Hasta esa expulsión, el encuentro fue equilibrado, llegaron poco los dos, algo más claro el Grana con espacios. Alegre demoró en los cambios en el segundo tiempo, pero no estuvo mal en a quiénes sacó, sino cuando...
El equipo de Barros Schelotto fue inteligente consolidando la ventaja con dos tantos más, el segundo en la cuenta Granate fue por un mal pase en la mitad de Fideleff que derivó en un par de toques a puro ritmo y ultima sesión a un Blanco que definió con la claridad de su apellido, eludiendo con un amague prodigioso a Garcia.
Tigre estaba jugado. Alló llegaron los ingresos de Sand y Peñalba por Araujo y Leone. Pero ni los cambios podían, hasta ahí, torcer la historia. El tercero llegó por obra de Barrientos con un derechazo tremendo cruzado. Nada para hacer por parte de Garcia que no tuvo una gran tarde sin embarbo los goles, fueron mas virtud de la visita.
Cuando corrian 40 minutos, descontó el Matador; la guapeza y la guapeada de Matias Perez Garcia con una hermosa caricia a la pelota y a la red, tras un enganche que le dejo el hueco. Lanús toqueteaba al ritmo de Somoza que ingresó para ser eje e hilo conductor del equipo. Pero los muchachos de Alegre sacaron de la manga un final dramático. Lateral para Sand, que entró enchufadísimo, la aguantó, sedió algo atrás y al medio del área para Pérez García, quien abrió más para Sánchez que definió con la simpleza con la que jugó Lanús, suave, y a la ratonera del arco de Marchesín. Sobre el final, la polémica por un penal que para mí fue sobre Arzura y un remate del Enano que contuvo el 1 Granate en el primer poste abajo.
Tigre sacó el amor propio al final. Lanús lo contragolpeó y lo mató hasta el minuto 40 del segundo tiempo, donde el equipo de Alegre reaccionó como pocas veces, contagiado por la entrega notable de algunos jugadores. Pese a esto, este equipo sigue teniendo cuestiones positivas. Hay trabajo, se nota, y ojalá algo de todo eso se vea reflejado en una semana en La Bombonera frente a Boca. No hay tiempo para reproches, no hay que dormirse en los láureles
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