Tigre cayó ante Unión en Santa Fe por 1 a 0 con gol de Ignacio Malcorra a los ocho de iniciado el encuentro. El Matador no tuvo respuesta y sumó su primer caída con Pedro Troglio en el banco.
El vértigo del 3 a 3 con Racing y la cierta comodidad con que se le ganó a Boca venían tapando un defecto que hoy se desnudó. Mas allá de lo individual, es en lo colecto, la posición del 8 en la cancha.
Ante la Academia Tigre lo sufrió en la vuelta, por algo fue un empate abultado. Cosa que pudo apalear con el poder ofensivo, sobre todo en Rincón y sus dos goles. Con el Xeneize ese lugar lo ocupó Piriz y se notó más cerrado en el terreno, pero al ser la posición propia del uruguayo podíamos pensar que era su naturalidad lo que lo enviaba a ese sector. Pero hoy ver a Galamarini hacer ese mismo trabajo da a entender que ahí falta ajustar algo, sobre todo si Rincón (como en el encuentro pasado) no está metido en el partido. Al no contar con el ida y vuelta del colombiano el equipo lo sintió. Más aún al tener a Pato en posición de volante central. Eso se pagó caro en tan solo 8 minutos, con la soledad de Ignacio Malcorra para hacerse de la pelota y rematar cruzado. Después ese sector fue improductivo. Con poca participación de Rincón y sin Galmarini que desborde, entendemos que para no encimarse con el colombiano, de anuló la ofensiva por la banda derecha.
En la izquierda se notó menos por la actividad de Alexis Castro. Pucho estuvo impreciso, es cierto, pero para equivocarte en un pase tenes que tener la pelota y el 14 se movió para tenerla. Fue el único que generó remates al arco y que pudo poner pases gol. Impreciso, sí, pero el único. Federico González flojo. Repitiendo lo de la semana anterior pero esta vez sin un centro que termine adentro del arco rival. Lucas Janson tuvo una buena media hora, pero después le redoblaron la marca y lo padeció. Ya se lo mira distinto, lo empiezan a conocer y deberá tener la capacidad de reconstruirse para poder salir de los nuevos sistemas que enfrentará y encontrar nuevos espacios, sobre todo en partidos adversos. Luego el técnico lo mandó a la derecha y Nahuel Zárate (la figura) lo terminó de anular.
Tigre no tuvo ideas, cayó en el embudo de Unión que buscó no desgastarse. Lucas Wilchez no aportó nada en su ingreso, y Chino afuera del área no tiene nada que hacer. Si vas a poner a Luna déjalo en el área, así es complicado que gravite. Después es inexplicable que Horacio Orzan entre al campo de juego, solo se nos ocurre que Pedro haya querido ver como estaba el ex Newell’s.
El Matador vio como se consumía el partido, lo dejó morir y terminó perdiendo bien ante un Tatengue que acertó la que tuvo, pero que también le encontró variantes a lo que proponían los de Victoria, en cambio los de Troglo no supieron desatar el nudo. Pasó el envión anímico, ahora deberá venir el desarrollo futbolístico.
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