Sin sal

Sin sal

La matemática suele ser contundente, una ciencia dura que no admite discusiones en su funcionamiento objetivo. Sin embargo el fútbol demuestra una vez más que se encuentra lejos de las estructuras duras y se identifica mucho más con el orden subjetivo de las cosas.

La campaña de este Tigre dirigido por Gustavo Alfaro arroja números interesantes, entre ellos 46 puntos en 30 encuentros, es decir un promedio de 1.533 unidades por partido jugado. Ese número ubica a este equipo en el cuarto lugar en cuanto a efectividad, solo detrás de los tres históricos subcampeonatos obtenidos en los años 2007, 2008 y 2012. 

Sana campaña, pero sosa. Así como una galleta sin sal, el recorrido del Matador fue bueno para el colesterol y su sistema nervioso, pero sin condimentos que enamoren al paladar del público.

Tigre disfruta hoy de una posición apartada de los puestos de descenso, pero también finaliza el campeonato lejos de la pelea por el título. Su gente sufre así un “saludable desencanto” generado por razones que exceden la frialdad de los números. La cuestión estética de un sistema de juego que prioriza lo defensivo, la deuda del equipo en condición de visitante y las caídas en partidos clave, como la acontecida frente a Huracán por 2-5 en el debut por Copa Sudamericana, son algunas de las razones más emblemáticas.

A la luz de los números analizados, esta suerte de “desilusión sana” denota una emergencia novedosa: la de pelear títulos e ingresar a torneos internacionales. Gustavo Alfaro se convirtió en el primer técnico del Matador que se animó a hablar de una estrella, y el público de Tigre responde con cierto encono ante el hecho de no haber visto respaldadas esas declaraciones en el plano de lo real. El Matador no peleó ninguna de las tres competencias que el Matador disputó durante el 2015.

La vara ha subido, y esto es aún más sano que una campaña de 1.53 puntos por partido. El club ha depurado su promedio y quizás sea hora de cambiar de dieta. Ha llegado el tiempo de corregir los errores y redoblar esfuerzos para dejar atrás las galletas libres de sal y gluten, y disputar un lugar en la mesa donde los grandes disfrutan del asado y el vino.

Mariano L. Rimasa (Esto es Tigre)