Calidad por sobre cantidad
Tigre llegó más, pero Arsenal llegó mejor y empataron 1 a 1 en Victoria. El Matador llegó a la igualdad a través de Juan Carlos Blengio. La primer ventaja del encuentro la sacó Ramiro Carrera en el inicio del complemento.
Con el partido en cero, Tigre había tenido más situaciones que su rival, sin embargo la impresión fuera de la estadística era no solo de paridad, sino que también de una peligrosidad más clara en la visita. Un travesaño por bando y sendos cabezazos marcan el riesgo más elevado y la diferenciación. El tiro de Nicolás Aguirre fue buscado, el de Lucas Wilchez vino en un tiro libre algo mal ejecutado que se encontró con el larguero. El cabezazo de Matías Sarulyte tras un corner implicó una notable atajada de Javier García y el del Chino Luna, si bien fuerte, se fue por encima del horizontal. Luego los de Victoria contarían con tiros de afuera de Joaquín Arzura y Sebastián Rincón; y dos llegadas del colombiano que pudieron tener mejor suerte.
En el complemento lo mejor que habían realizado los de Gustavo Alfaro (contener a Brahían Aleman y Ramiro Carrera) se quebró y lo pagaron caro. El ex Unión amontonó jugadores en el área y ganó un lateral que quedó para el platense, desparramó a Ignacio Canuto y con la suerte de su lado tiró una pared con Blengio para amagar de derecha, mover a García y ponerla de zurda al primer palo. 1 a 0 en ganancia los de Sarandí. Después el conjunto local necesitó una vez más de su arquero que a contrapierna despejó el tiro de Aguirre en lo que era el segundo. Por empuje los de azul y rojo llegaron a la igualdad. Pelotazo de Martín Galmarini, centro con lo justo de Rincón y la aparición del Chimi Blengio para darte un testarazo a la bocha y gritar después de mucho tiempo. Si bien el Chino Luna obligó a Esteban Andrada a lucirse la última de la noche fue de Emilio Zelaya a quemarropa y otra gran salvada de García para sumar un punto.
El local contó con 12 situaciones de gol, en tanto que la visita con 6, pero de esa cantidad tres fueron grandes atajadas, una dio en el travesaño y otra fue la apertura del marcador. Claramente la diferencia que estableció el equipo del Viaducto fue la calidad de sus llegadas pro sobre la cantidad de los de Victoria.
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