Sin defensa ni ideas
A lo largo del campeonato Tigre ha transitado diferentes caminos, pero arrancar dormido fue una constante. Goles en los arranques de cada etapa liquidaron al conjunto de Alfaro que no tuvo ideas. Fue triunfo de Estudiantes por 4 a 2 con un doblete de Guido Carrillo, y anotaciones de Diego Vera y Jonathan Schunke; Sebastián Rincón y Kevin Itabel marcaron para los de Victoria. que terminaron con 10 por la expulsión de Joaquín Arzura
Como hacer todo mal en 90, manual práctico y que dejó el encuentro de Tigre ante Estudiantes. A los 5 los de Alfaro recibieron el sexto gol madrugador del torneo y por decimosegunda vez comenzó perdiendo un partido. En la llamativa soledad de Diego Vera, luego de un tiro de esquina jugado corto, para darle de volea y enterrarla en la cueva. Sin ideas y sin un aparente plan los de Victoria alcanzaron la igualdad en una recuperación de Lucas Wilchez y la buena definición de Sebastián Rincón. Sin embargo la reacción nunca llegó. Lo que sucedió en la media hora restante fue el descontrol del Pincha que lo llevó a tener un par de ocasiones aisladas, mientras que del otro lado no se tiró una pared en 45’.
El arranque del complemento fue igual, o peor, y en 3’ tan solo Guido Carillo comenzaba a sentenciar el pleito en medio de una catarata de falencias defensivas. Carlos Auzqui desborda al debutante Ignacio Bonadio tira el centro, Blengio no llega a cortar, Godoy le pifia a la pelota que cruza el área chica y rebota en Vera vuelve a cruzar el rectángula y el goleador del León solo tuvo que poner el pie, como repitió 20’ después donde pasó entre tres jugadores, tiró la pared con Aguirregaray y definió con libertad y sin presiones ante un arco vacío.
Después llegó la única construcción del Matador en el partido, desde que el Chino no dio por perdida una pelota y el equipo reinventó una gran jugada en el sutil botín derecho de Peñalba levantándola para Arzura y el centro a Itabel para reducir la diferencia a la mínima. Faltaban 12’ y no se puede entender porque no el técnico no se animó a mandar a la cancha a Leandro Garate, la única carta de riesgo que quedaba en el banco de suplentes. ¿Esperaba a que falten 5’ para no “regalarse”? no se entiende. Menos cuando un nuevo error en el fondo, esta vez desde una pelota parada para la aparición en solitario (si, en los 4 goles el que convirtió estaba solo) de Jonathan Schunke que de cabeza liquidó el pleito.
Poca astucia, muchos desaciertos y nada de fútbol se vio en Tigre, que después de tan pálida imagen lo mejor que le podía pasar era cerrar el torneo y pensar en rearmarse de cara al duro 2015 que se avecina.
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